¿De pronto nos sentimos, nerviosos, cansados, agobiados, irritados, molestos sin mediar causa aparente? Algo está sucediendo con nosotros o con el espacio, o en ambos.
Últimamente me están llegando
personas preocupadas porque notan el ambiente
de su casa denso, les cuesta respirar y cualquier palabra o gesto es motivo
para provocar la desarmonía en el hogar. Otros síntomas que me describen suelen
ser que sienten un malestar injustificado, actitudes irracionales tanto en las
personas como en animales, duermen mal, roturas en serie... Se siente y se
respira en estos lugares un ambiente tóxico.
Nuestros hogares también son entidades con energía, es decir, tienen un campo energético al igual que los seres
humanos. Es por eso que somos capaces de
percibir su energía. Este campo energético puede estar contaminado. Esto es
debido en ocasiones, a emanaciones energéticas de baja vibración de las personas
que conviven en el hogar o que están en él de forma no permanente. También
puede deberse a radiaciones electrónicas, objetos antiguos, energías
residuales...
El Reiki se convierte en una técnica muy recomendada en estos casos,
para disolver nudos energéticos, limpiar y transformar esa energía con la
intención de devolver el equilibrio a nivel energético a tu hogar. Ni que decir tiene, que lo conveniente es trabajar
a la par en el hogar y con las personas que allí conviven. El objetivo es armonizar la energía de una manera
adecuada e integral y prevenir que se desencadenen males mayores.
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