El sábado estuvimos de celebración del Solsticio agradeciendo a Gaia, al padre Sol, a nuestros ancestros y a nuestra Divina Presencia por otra estación veraniega más. Pedimos además por todo lo nuevo, los cambios venideros, por la transformación y la presencia del amor en nuestras vidas.
Justo después del Solsticio lo que toca es el cambio de altar, esta vez lo dedicamos a La Madre de las Aguas. Transcribo su mensaje para este momento:
Siénteme ahora como la Madre del Agua.
Reflejo los rayos del sol en su altura.
Soy esa chispa de vida trayendo la lluvia.
Bebe de mis manantiales, refréscate y sánate.
Vengo de los profundos océanos .
Me adentro en tu más profundo ser y te iluminaré...
a veces calentita y agradable, otras fría.
Siente mi presencia,
sostengo el cáliz de la magia emocional
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